El recién nombrado presidente de la EPS más grande del país, Nueva EPS, Aldo Cadena Rojas, ha levantado polémica debido a sus antecedentes como administrador y gerente de entidades de salud. Se ha cuestionado la forma en que llegó a su nuevo cargo, ya que se presume que fue mediante presiones a miembros de la junta directiva de la EPS, compuesta por representantes de las cajas de compensación Cafam, Colsubsidio, Compensar, y el Gobierno.
Según fuentes que conocieron la situación, las cajas de compensación se vieron sometidas a presiones debido a problemas financieros significativos. Aunque inicialmente se habían negado a cambiar al presidente anterior, José Fernando Cardona Uribe, finalmente la junta directiva aprobó un nuevo manual de funciones para ajustar el perfil del cargo y nombrar a Aldo Cadena. Para muchos, esta maniobra es vista como parte de un plan del gobierno para tomar el control de la EPS más grande del país y, potencialmente, de otras EPS en dificultades.
Además, el desempeño de Cadena en su gestión anterior como presidente de la junta directiva de la EPS Capital Salud durante la administración de Gustavo Petro en la Alcaldía de Bogotá, también ha sido cuestionado. Según un informe de la firma KPMG, la aseguradora pasó de tener pérdidas significativas y un aumento en su pasivo durante su gestión, lo que sugiere desorden en las finanzas de la entidad.
El informe reveló irregularidades en los procesos de pago a hospitales y clínicas, así como indicios de falta de controles y validación de derechos de los usuarios. También se identificaron pagos por servicios médicos que no fueron auditados, y contratos firmados con prestadores que no cumplían con los requisitos establecidos. Este historial, sumado a las presiones para su nombramiento en Nueva EPS, genera preocupación sobre la dirección futura de la entidad de salud y su impacto en el sistema de salud en general.