El sistema de salud de Colombia ha sido objeto de grandes debates y reformas desde que el actual Gobierno subió al poder con la intención de dar un cambio total al sistema de salud. Uno de los principales puntos de discusión ha sido la vigilancia y control de las entidades promotoras de salud (EPS) sobre los recursos públicos que reciben para garantizar la atención médica de sus afiliados.
Se ha difundido la idea de que las EPS no tienen control, vigilancia ni auditoría, y que hacen lo que quieren con el dinero que reciben del Estado. Sin embargo, una investigación realizada por EL COLOMBIANO revela que esta premisa no es del todo cierta.
De acuerdo con expertos en sistemas de salud, economía de la salud y seguridad social, así como con entidades clave en la vigilancia a las EPS, se concluyó que las EPS están sujetas a una estricta supervisión. La Superintendencia Nacional de Salud (Supersalud) y la Contraloría General de la República son dos de las entidades responsables de controlar y auditar los recursos públicos invertidos en el sector de la salud.
La Contraloría Delegada para el Sector Salud ha auditado billones de pesos de los recursos públicos de la salud en los últimos años. Por su parte, la Supersalud tiene la facultad de inspeccionar la forma en que se ejecutan los recursos, realizar auditorías periódicas, y verificar los sistemas de información internos de las EPS, entre otras tareas de supervisión.
Además, las EPS están obligadas a enviar estados financieros mensuales y a someterse a la revisión de las condiciones de habilitación técnica y financiera por parte de la Supersalud. También deben reportar la información de precios y cantidades pagadas al Ministerio de Salud, así como participar en encuestas de calidad de servicio.
La Contraloría ha realizado 51 auditorías a las EPS en los últimos años, lo que demuestra que el control y vigilancia sobre el manejo de los recursos públicos es una prioridad. Incluso, recientemente se informó que se encontraron hallazgos que comprometen a algunas EPS con el uso indebido de los recursos que reciben del Estado.
A pesar de estas evidencias, funcionarios, congresistas aliados y seguidores del actual Gobierno continúan sosteniendo la idea de que las EPS operan sin control y hacen un mal uso de los recursos públicos. Sin embargo, los hechos demuestran lo contrario.
En conclusión, la narrativa de falta de control y vigilancia sobre las EPS en el sistema de salud colombiano está lejos de ser verdad. Existe una amplia red de supervisión y auditoría encargada de garantizar que los recursos públicos se utilicen de manera adecuada en el sistema de salud. Este conocimiento debería ser tenido en cuenta para futuras discusiones y reformas en el sistema de salud.